Pastor Pablo Elvir
¿Cuántos están apreciando esta serie sobre el gozo?
En medio de cualquier momento de la vida — el gozo del Señor es nuestra fortaleza.
Hemos estado explorando diferentes fuentes que nos permiten experimentar el gozo verdadero — no un gozo superficial, sino el gozo que viene de Dios.
El Gozo de la Gracia
Honestamente, la gracia es una de las partes más malentendidas del evangelio.
Y sin embargo, es el regalo más profundo que Dios nos ha dado para experimentar el gozo de su misericordia en nuestras vidas.
La semana pasada celebramos bautismos — una expresión hermosa de este regalo.
En esta ocasión, seguimos en la carta a los Filipenses, capítulo 3:
Filipenses 3:1 (NVI)
Por lo demás, hermanos míos, alégrense en el Señor. Para mí no es molestia volver a escribirles lo mismo, y a ustedes les da seguridad.
Pablo empieza con un recordatorio simple pero poderoso: no pierdan el gozo. Pero luego da un giro radical:
Filipenses 3:2 (NVI)
Cuídense de los perros, cuídense de esos que hacen lo malo, cuídense de los que mutilan el cuerpo.
¿De quién está hablando aquí? De los judaizantes.
Eran religiosos que creían en Jesús como el Mesías, pero insistían en que la fe en Jesús no era suficiente para la salvación. Exigían cumplir con ritos como la circuncisión.
Por su celo religioso, se convertían en enemigos de la gracia.
La Mentira
Muchos han creído que la gracia es una excusa para permanecer en el pecado o vivir a medias. Pero eso no es gracia, es confusión.
Hay una diferencia entre caer en el pecado por debilidad y vivir en el pecado por elección.
La clave está en el corazón:
- Quien vive en el pecado, ha elegido honrar al mundo.
- Quien vive para agradar a Dios, cae… pero se levanta, se arrepiente, sigue buscando.
El legalismo devora el gozo de la gracia, porque no puedes alegrarte en el Señor mientras estás preocupado intentando ganarte la salvación.
Eso es lo que celebramos: el regalo inmerecido de Dios.
Efesios 2:8-9 (NVI)
Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe. Esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte.
1. La gracia nos da un gozo para vivir diferente
Algunos ven la salvación como un tren cómodo: Jesús pagó el boleto, subimos, y solo disfrutamos el viaje al cielo.
Pero esa no es la imagen que Pablo presenta.
Filipenses 3:12-13 (NVI)
No es que ya lo haya conseguido todo o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante… olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante…
Esforzándome.
La vida de fe no es pasiva.
- La presión del mundo,
- la lucha interna,
- el enemigo espiritual…
Todo requiere permanecer en Cristo.
El gozo no está en haber llegado, sino en seguir corriendo.
Hay gozo en la búsqueda. Hay gozo en el camino.
2. El gozo me fortalece en mi carrera
“Ocúpense en su salvación con temor y temblor” — eso implica acción.
El gozo del Señor es nuestra fortaleza para seguir avanzando.
Filipenses 3:13-14 (NVI)
…olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta…
Ver videos de ejercicios no transforma tu cuerpo.
Leer sobre la fe no transforma tu vida.
Practicar es lo que lo hace real.
“La gracia no se opone al esfuerzo por agradar a Dios, sino a la idea de que nuestras obras pueden ganarnos la salvación.”
No se trata de esfuerzo para ganarse algo, sino de responder al regalo que ya hemos recibido.
1 Corintios 15:10
“Pero por la gracia de Dios soy lo que soy… antes he trabajado más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios conmigo.”
La gracia inspira esfuerzo, y el esfuerzo muestra la gracia en acción.
Cada transformación en nuestra vida refleja Su obra. Y en ese proceso, el gozo se manifiesta.
“Sáname y límpiame…”
Cada palabra de esta canción es un reflejo del corazón que ha visto la gracia de Dios de cerca.
Veo su amor y gracia
Mi pecado perdonó
Le alabaré
Le alabaré