Ps Kim Elvir

Honduras Campus Pastor

La Tribú de Debora

Hoy quiero hablarles sobre algo muy especial: el poder de una mujer que se levanta como madre. No solo una madre biológica, sino una madre espiritual, una mentora, una levantadora de otros. Y para eso, vamos a mirar la vida de una mujer extraordinaria de la Biblia: Débora.

Así como dijo nuestro pastor la semana pasada, cuando estudiamos a alguien en la Biblia, podemos preguntarnos:

APLICACIÓN PERSONAL

  1. ¿Qué rasgos principales definen su carácter?

  2. ¿Cómo fue su proceso de fe?

  3. ¿En qué me identifico y en qué no?

  4. ¿Qué puedo aplicar hoy en mi vida?

DISCUSIÓN DE GRUPOS

1. ¿Qué significa  ser una “madre” espiritual, más allá de la maternidad biológica?

 

2. ¿Qué características del carácter de Débora te inspiran más y por qué?

 

3. ¿Tus palabras en casa, en la iglesia o en el trabajo están edificando o destruyendo? ¿Qué puedes cambiar para ser más intencional al hablar?

 

4. ¿Cómo te desafía la frase: “La mayor contribución al Reino de Dios puede que no sea algo que hagas, sino alguien que críes”?

Una madre en medio del caos

En tiempos de Débora, Israel estaba en crisis. No solo política, sino espiritual. Nadie quería liderar. El miedo, el caos y la opresión llenaban la tierra. Y es ahí donde Dios levanta a Débora.

“Me levanté como madre en Israel.” – Jueces 5:7

No como guerrera. No como activista. Como madre.
Una madre no solo da a luz. Una madre cubre, protege, levanta, discierne, saca lo mejor.
Yo misma fui madre en la iglesia mucho antes de tener hijos. Y estoy segura de que muchas de ustedes también lo han sido.


1. Se levantó porque no había líderes

“No se veía ni un escudo ni una lanza entre cuarenta mil…” – Jueces 5:8

¡Qué imagen más fuerte! No había armas, pero lo más preocupante: no había disposición.
Débora fue madre porque decidió escuchar la voz de Dios… y llamó a los líderes.


2. Una madre llama lo que Dios ha puesto en otros

“Débora mandó llamar a Barac…” – Jueces 4:6

Débora no lo hizo todo sola. Ella activó la siguiente generación.
Madres espirituales hacen exactamente eso: llaman lo que Dios ya puso en otros.

¿Sabes lo poderoso que es cuando alguien ve algo en ti y te lo dice?

“Te veo liderando.”
“Te veo enseñando.”
“Veo creatividad en ti.”
“Veo compasión. Veo intercesión. Veo fe.”

¡Eso cambia destinos!

Yo recuerdo cuando una mentora me dijo: “Veo misiones en ti.”
Esa palabra me empujó a lugares que jamás imaginé.


3. Podemos edificar… o destruir

“La mujer sabia edifica su casa, la necia con sus manos la destruye.” – Proverbios 14:1

Las madres tienen poder con sus palabras. Podemos hablar vida o muerte. Podemos levantar generaciones o apagarlas.
¿Estoy construyendo con mis palabras? ¿O estoy destruyendo con crítica, juicio, comparación?

Otros versículos para meditar:

  • “La muerte y la vida están en poder de la lengua…” – Proverbios 18:21

  • “No salga de su boca ninguna palabra mala, sino sólo la que sea buena para edificación…” – Efesios 4:29

  • “Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas.” – Santiago 3:5


Mujeres, madres, líderes:

Es tiempo de levantarnos.
No por reconocimiento, no por aplausos.
Sino para criar, formar, entregar y activar lo que Dios ha puesto en otros.
Que nuestras vidas sean como una palmera de Débora: sombra, consejo, dirección y valentía.

¡Madres, levántense!

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